Y puede que ahora sonrías una sonrisa que me indique a mí, que llevo media hora intentando leer las señales de su rostro, que el otro día no sonó el despertador y me pegué con la puerta del baño y perdí la micro y corrí hasta bajar la escalera porque no funcionaba el ascensor y vine corriendo desde el piso 8 y giré y estaba sentado en la banca nada más que para esto, para que yo me atreva a rozar su mano con la mía y que usted me mire a los ojos con sus ojos como lunas y yo le sonría y usted también me sonría, pero no con una sonrisa cualquiera sino con esta que le digo y que usted está empezando a poner, ¿ve? Así: una sonrisa exactamente así.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Él.