Él me fue descubriendo como quien abre un regalo de alguien importante, en donde dice "frágil" y con la paciencia que solo él me tiene.

Él, sin saberlo, me hizo sentir cosas que jamás había sentido y me tocó zonas de mi cuerpo que jamás habían sido tocadas.

Él besaba mis piernas, mi espalda, mis hombros, todo por primera vez en mi vida y yo lo miraba sintiendo todo eso nuevo, cerrando los ojos, sabría que si lo miraba se iba a percatar, pues sabe leerme bien los sentimientos en la mirada.

Él no sabe que la piel de gallina se puso por la falta de costumbre al contacto ajeno.

Él nunca supo que mi instinto al cerrar los ojos fue temor a inexperiencia.

Él nunca se enteró que fue el primero en hacerme el amor de veras.
Él nunca supo que, esa vez que lo vi encima mío mirándome a los ojos, era la primera vez que yo miraba a alguien desde esa perspectiva.
Nunca supo que fue él quien me besó el vientre por primera vez.
Él nunca supo que, luego de unos días, no solo mi cuerpo le sentía todavía sino mi corazón había quedado impregnado con su ser.
Nunca supo que esa noche, fue la primera vez que yo dormía recostada en el pecho de alguien.
Nunca supo que con él fue la primera vez que desperté de la mano con alguien.
Nunca supo que jamás había dormido una siesta con un varón.
Nunca supo que jamás había sido besada en la zona de atrás del cuello y que por eso suelo ser tan sensible al tacto en esa zona.
Él nunca supo que mis risas nerviosas o mi silencio prolongado se debieron a que era la primera que iba a vivir las cosas y me daba timidez el admitir.

Siempre hace algo que solo yo sé que no me habían hecho jamás.
Creo que él nunca terminará de ser mis primeras veces.

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Él.