El drama de nuestra sociedad es que no se actúa, se mira actuar. Hoy ya no se vive un gran amor: se mira en el cine o en la televisión la historia de un gran amor. Amar es demasiado riesgoso: es mejor mirar. “Quien pierde su pasión, pierde más que quien se pierde en su pasión”, consigna en sus memorias Saint-Simon, el maestro de Proust. Pero ¿quién se atreve hoy a vivir una gran pasión con la seguridad que la tempestad de los sentimientos será siempre aplazada por algunos videos o imágenes de alguien que te cause excitación? . A los tiempos de las aventuras se suceden los que miran aventuras. Mejor que luchar, rebelarse y vencer; es mirar luchar, mirar rebelarse y mirar vencer y después de unos comerciales, irse a dormir.

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Él.