- Voy a conseguir que cambies de opinión (afirmó él tomándome de la mano)
- ¿Que cambie la opinión sobre qué?
-Sobre el amor
(Puse cara de exasperación)
-Lo digo en serio.
Acercó aún más el rostro de manera que solo unos milímetros separaban nuestros labios. Cerré los ojos y esperé ese placentero contacto…
De pronto, advertí que apartaba la cara. Mis párpados se abrieron bruscamente. Él me miraba de nuevo con una sonrisa juguetona y la cabeza ladeada.
-Te haré cambiar de opinión, ya lo verás.
si llenas todos tus vasos con la misma cantidad de agua, alguno de ellos terminará rebalsando.
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