Lo que ellos quieren
Hace unos días conversaba con un amigo y me decía que las mujeres vivíamos quejándonos de los hombres en vez de conversar con ellos directamente lo que no nos gustaba o lo que queríamos.
No entendía cómo ellos podrían saber qué necesitábamos o queríamos, sobre todo si nuestros gustos y necesidades cambian 100 veces en un día.
En defensa del género le dije que me parecía ligero argumentar que por desconocimiento, los hombres no eran capaces de siquiera sospechar cuáles eran nuestras necesidades básicas en asuntos de pareja.
Ese fue mi error más grande porque me llenó de razones (y pruebas) de que muchas veces, los hombres están en lo cierto.
Primero me dijo que cuando un hombre intentaba conversar ese tipo de temas con una mujer, ella se ponía de inmediato a la defensiva, como si fueran a terminar con ella.
Luego, venía la agresividad y el contra ataque que en casi el 100% de los casos, terminaba con un llanto descontrolado (cosa que los hombres detestan) y pidiendo que las abracen, lo que recrudece la pelea y la lleva a otro terreno: “ya no me quieres”, porque -según él- las mujeres no pueden entender que ese no es momento para “arrumacos y cariñitos”.
No le entraba en la cabeza que hablar de los problemas o necesidades de los dos, terminara dejándola a ella como una víctima de la relación y a él, como el insensible, el frío y en definitiva, el malo de la película.
Concluyó su “lección” diciéndome que lo que los hombres más valoran de una mujer (dejando de lado el aspecto físico) es la capacidad de mantener una conversación interesante y constructiva.
Finalmente, al despedirnos, me dijo que lo que ellos quieren es muy simple: una mujer que los quiera y acompañe, sin “joderlos” porque son hombres.
Le encontré toda la razón.
No entendía cómo ellos podrían saber qué necesitábamos o queríamos, sobre todo si nuestros gustos y necesidades cambian 100 veces en un día.
En defensa del género le dije que me parecía ligero argumentar que por desconocimiento, los hombres no eran capaces de siquiera sospechar cuáles eran nuestras necesidades básicas en asuntos de pareja.
Ese fue mi error más grande porque me llenó de razones (y pruebas) de que muchas veces, los hombres están en lo cierto.
Primero me dijo que cuando un hombre intentaba conversar ese tipo de temas con una mujer, ella se ponía de inmediato a la defensiva, como si fueran a terminar con ella.
Luego, venía la agresividad y el contra ataque que en casi el 100% de los casos, terminaba con un llanto descontrolado (cosa que los hombres detestan) y pidiendo que las abracen, lo que recrudece la pelea y la lleva a otro terreno: “ya no me quieres”, porque -según él- las mujeres no pueden entender que ese no es momento para “arrumacos y cariñitos”.
No le entraba en la cabeza que hablar de los problemas o necesidades de los dos, terminara dejándola a ella como una víctima de la relación y a él, como el insensible, el frío y en definitiva, el malo de la película.
Concluyó su “lección” diciéndome que lo que los hombres más valoran de una mujer (dejando de lado el aspecto físico) es la capacidad de mantener una conversación interesante y constructiva.
Finalmente, al despedirnos, me dijo que lo que ellos quieren es muy simple: una mujer que los quiera y acompañe, sin “joderlos” porque son hombres.
Le encontré toda la razón.
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