"No sólo me abrió su corazón sino que también me invito a leer su libro favorito. A entender ese mundo que en cuestión de segundos le hacía llorar y de pronto le hacía reír. A conocer todas las personas que era y ocultaba del mundo. Y tomó mi mano con fuerza como cuando se toma una decisión apresurada: -Quiero estar siempre contigo. Pero era muy cambiante. De un día para otro me hablaba de otro autor y olvidaba al que tanto quiso. Me daba miedo, me daba pavor, que a mi me pasara lo mismo. Que un día llegara a dejar de latir en su corazón y ya nunca me permitiera estar juntos. Ni entrar a su casa ni conocer lo que le apasionaba ni escuchar su voz. Que sencillamente me dijera sin remedio: -Me aburrí de ti. Ahora estoy conociendo a alguien más interesante. Y vivir el resto de mi vida con esa triste verdad".
Mi muchacho
"El amor estaba ahí, cerquita, esperando que le hablara. Escondido en timidez, disfrazado de amistad.". Y es que no sabe lo emocionada que me pongo cada mes esperando los 13. Y si, a veces dejo esperar un poco para no parecer tan ansiosa, pero miro el reloj cada 12, esperando que ya comience a ser 13. Hay cosas que me gustan de usted con ganas. No hablo de las facciones de su rostro o la proporción de sus piernas. Tampoco hablo de la forma de sus ojos ni mucho menos de la forma en que sus manos se moldean a mi cuerpo cuando hacemos el amor, no hablo tampoco de su cuerpo cuando lo veo vestirse ni de como sus dedos se enredan en mi cabello cuando me toca. Hablo de cosas sencillas como, por ejemplo: me gusta la manera en que sonríe cuando se enoja y también cuando no lo está. Me gusta su mirada concentrada cuando estudia, sus lunares rodeando sus hoyuelos. Me gusta cuando me dice que estoy regalona y le doy toda la razón del mundo. Me gusta porque me ha convertido en alguien...
Comentarios
Publicar un comentario