El tiempo me ha enseñado que no basta mirar una fotografía, ni es suficiente recordar un rostro, oír una voz en el silencio, o percibir las manos y caricias mientras vas quedándote dormido, de tanto querer que esté a tu lado cuando precisamente esa persona no está.
Qué puedo decirte yo… si para mí el amor no tiene casi otro significado que la palabra ‘Todo’, porque cuando lo llevas contigo sientes que todo anda bien, que nada puede nublar la sonrisa con que te levantas cada mañana, cuando abres los ojos y sabes que siendo libre en tu propio espacio, en él habita –porque existe- esa persona que está tan pendiente de ti como tú de ella, y que se va reflejando en todo lo que tocas y todo lo que haces, porque está tan metida dentro de ti que a veces crees que tú mismo renaciste a partir de ella.
No sé y no puedo decirte qué es exactamente el verdadero amor, ni cuánto dura, ni qué tan intenso puede llegar a ser… y menos aún si puedes ir a rescatarlo cuando se queda atascado en alguna parte… pero pienso que la única razón para seguir esforzándote por él, es cuando según pasa el tiempo, tal vez los años, sigues mirando y encontrando tu propio reflejo al lado del suyo en todos lados, incluso en los días lluviosos… (y quizás de pronto te detengas y pienses por un breve minuto sobre qué cosas harías si pudieras retroceder el tiempo, y te respondes que, indudablemente, una y otra vez… lo mismo).
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des...
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