El tiempo me ha enseñado que no basta mirar una fotografía, ni es suficiente recordar un rostro, oír una voz en el silencio, o percibir las manos y caricias mientras vas quedándote dormido, de tanto querer que esté a tu lado cuando precisamente esa persona no está.
Qué puedo decirte yo… si para mí el amor no tiene casi otro significado que la palabra ‘Todo’, porque cuando lo llevas contigo sientes que todo anda bien, que nada puede nublar la sonrisa con que te levantas cada mañana, cuando abres los ojos y sabes que siendo libre en tu propio espacio, en él habita –porque existe- esa persona que está tan pendiente de ti como tú de ella, y que se va reflejando en todo lo que tocas y todo lo que haces, porque está tan metida dentro de ti que a veces crees que tú mismo renaciste a partir de ella.
No sé y no puedo decirte qué es exactamente el verdadero amor, ni cuánto dura, ni qué tan intenso puede llegar a ser… y menos aún si puedes ir a rescatarlo cuando se queda atascado en alguna parte… pero pienso que la única razón para seguir esforzándote por él, es cuando según pasa el tiempo, tal vez los años, sigues mirando y encontrando tu propio reflejo al lado del suyo en todos lados, incluso en los días lluviosos… (y quizás de pronto te detengas y pienses por un breve minuto sobre qué cosas harías si pudieras retroceder el tiempo, y te respondes que, indudablemente, una y otra vez… lo mismo).
Mi muchacho
"El amor estaba ahí, cerquita, esperando que le hablara. Escondido en timidez, disfrazado de amistad.". Y es que no sabe lo emocionada que me pongo cada mes esperando los 13. Y si, a veces dejo esperar un poco para no parecer tan ansiosa, pero miro el reloj cada 12, esperando que ya comience a ser 13. Hay cosas que me gustan de usted con ganas. No hablo de las facciones de su rostro o la proporción de sus piernas. Tampoco hablo de la forma de sus ojos ni mucho menos de la forma en que sus manos se moldean a mi cuerpo cuando hacemos el amor, no hablo tampoco de su cuerpo cuando lo veo vestirse ni de como sus dedos se enredan en mi cabello cuando me toca. Hablo de cosas sencillas como, por ejemplo: me gusta la manera en que sonríe cuando se enoja y también cuando no lo está. Me gusta su mirada concentrada cuando estudia, sus lunares rodeando sus hoyuelos. Me gusta cuando me dice que estoy regalona y le doy toda la razón del mundo. Me gusta porque me ha convertido en alguien...
Comentarios
Publicar un comentario