Sé que quizás soy un poco extraña.
Sé que quizás hablo raro o actúo de una manera poco ortodoxa.
Pero es que todos pasan de largo a Bellavista sin darse el tiempo conmigo de mirar cuan lindo está el cielo.
Que prefiero ir a una biblioteca la sección de libros en inglés en vez de ir a bailar.
Que me tomo el tiempo para apreciar la energía de las cosas.
Hoy hablaban las niñas de que el solo hecho de pensar en niños les daba náuseas y yo pensaba que eso era una de las cosas que más quiero, ser mamá algún día.
Quizás no sepa de marcas de alcohol pero si puedo diferenciar entre un Picasso o un Monet o Van Gogh.
Quizás no sepa de drogas pero si sé que tipo de carga adjetival se está usando en una oración.
Si bien nunca expongo mis conocimientos, pues soy regalona y me gusta ver la cara de las personas cuando explican algo que les gusta, si bien amo la naturaleza pero detesto los bichos.
Si bien digo "No lo sé" muchas veces pero tengo claro lo que no quiero.
Amo, cada vez que siento estrés, poder buscar naturaleza, aunque sea algo pequeño y conectarme con el lado espiritual.
Amo hacer rituales, descargar mis piedras a la luna, amo hacer lecturas de Chackras.
Amo caminar horas, para ir a dejar una carta o hacer un gesto por quien amo.
Amo poder comprar comida y ver todos juntos una película.
Y si eso me hace ser extraña, que así sea.
Puesto que todo esto, me lleva a ser feliz.
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des...
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