Tomás.

Entró a mi habitación.
Lucía como una niña de unos 17 años.
Crespa, castaña, muy dulce.

- Dile que lo amo, mucho - me dijo mientras jugueteaba en la cama, a mi lado.
Fuiste su hermana? - pregunté.
Morí a los tres meses de nacer, soy su hermana, no en esta vida,pero en la anterior, sí - Agregó.

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