La noche era fría.


Nos habiamos separado de los demás por que necesitábamos
hablar a solas, sin nadie.
Caminaba
de su mano, cuando, de pronto, él se puso delante de mi cogiendome de la cintura.

- Mira, yo se que la primera semana que empezamos a salir tu todavía sentías algo por el Tomás ese, y que la segunda puede que también pero...
Entoncés le interrumpí, que no, que yo solo lo quería a él y a nadie más.
Esta vez fue él el que me interrumpió a mi.

- Está bien, solo era un ejemplo, pero quiero que sepas que aunque todavía pienses en él o en quien sea, yo te quiero y voy a luchar por ser el único.

Él me miraba con esos ojos en los que me perdía , mientras tanto yo todavía no me había acostumbrado a que alguien a quien yo quisiese tanto sintiese lo mismo por mi.
Así que solo fui capaz de que mis ojos se inundasen y una sonrisa iluminase mi rostro.


- Me quieres -dije susurrando. Le cogí la cara y lo besé como si ese beso fuese el ultimo.
No quería que la noche terminase.
Me dolían las manos del frio y tenía la nariz congelada, pero me daba igual por que sabía que cuando la noche terminase él no estaría al día siguiente.

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