llegasté tú

No había un motivo aparente, quizás tan sólo la ausencia de metas, quizás la falta de objetivos, quizás un día tonto en donde la melancolía iba destapándome a lo largo del día, a cada minuto aumetando la sensación de frialdad.

Y llegasté tú, y escuchar tu voz fue como vestir mi alma, sentirte cerca me innundó de calor.

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