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Mostrando entradas de octubre, 2017
Admiro a cualquiera que tenga las agallas para escribir lo que realmente siente.
Gracias por tu tiempo. Gracias por las risas. Gracias por la confianza y la complicidad. Gracias por hacerme sentir bonita y por llenar tantos días de sonrisas bobas. Gracias por ese sobresalto que yo sentía cuando llegabas. Gracias por los cafés en tu compañía. Gracias por las noches en que vimos juntos la luna. Gracias por las sensaciones que estrené contigo. Gracias también por tu alegría que me contagiaba cuando mis días eran grises. Gracias por tu paciencia y por tu ciencia. Gracias vida por tu prudencia, por tu sentido del humor, por tu plática incesante. Gracias por los recuerdos.
Me gusta la idea de que alguien, en algún lugar está hecho para mi y para siempre.
No tenía idea de lo hermoso que era ser escuchado, el sólo hecho de que una persona deje de hacer algo tan sólo por escucharte… Me parece algo invaluable.
Quizás siempre estaré un poco enamorada de usted.
Anoche soñé contigo… otra vez.
Recordamos a las personas por como se fueron de nuestras vidas; porque llegar bonito cualquiera puede, lo díficil es irse sin dejar un desmadre.
—¿Qué te pasa? —Nada. —Te conozco y te paso algo. —¿Me conoces? ¿Entonces por qué sigues haciendo cosas que sabes que me molestan?
Siempre he pensado que las personas detallistas son únicas, especiales. Y no hablo de las que te compran regalos, sino de las que te regalan momentos.
Necesito expresarme. No te lo tomes personal
…y mereces saber que, a pesar de lo que te hayan hecho creer, estás hecho para dar y recibir amor.
Necesitamos más personas con corazones amables y buenas intenciones.
Algunos solo buscan caras bonitas, ojos claros y un cuerpo bien formado, otros buscamos corazones cálidos y una mente colorida.
Feo es extrañar a alguien que está bien sin ti.
Te mereces el amor que siempre intentas darle a los demás.
No te vas el día que te marchas, lo haces el día que lo piensas.
Soy de esas personas que cuando sienten celos se deprimen en vez de enojarse.
Y entonces yo, en vez de bajarle el cielo, le subí a él.
Soy de esas que le es fiel a alguien desde que le comienza a gustar.
No me gusta que me abrace cualquiera, pero hoy quizás necesitaba alguien que me contradiga un poquito.
¿Y qué si sólo me gusta tirarme en el pasto y mirar el cielo? ¿Y qué si me gusta más la compañía de las estrellas que la de las personas?
Me gusta cuando se me pone encima y me mira con esos ojos negros que tiene. Nunca miré a nadie así. No desde que lo miré desde allí y supe que no quería que nunca más ningún otro me mirara de esa forma.
Sobre eso no hay duda: es sincero con ella. Porque le cuenta cosas feas, cosas sucias, cosas terribles. Como si supiera que el amor de ella es capaz de aceptar ese lado negro de su ser, esa zona del diablo que nunca muestra a nadie totalmente.
A veces uno amanece con ganas de extinguirse, como si fuéramos velitas sobre un pastel de alguien inapetente. A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos y nuestras narices se hinchan y somos horribles y lloramos y queremos extinguirnos. Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse.
Iban juntos por la calle sin tomarse de la mano. Sus ojos pedían a gritos abrazarse. Sonreían sin acabar inmersos en una noche de verano. Era tan puro lo suyo que nadie podía percibir su presencia. La luna les marcaba el paso, fiel compañero del amor; las luces de los autos junto con el reflejo de las vidrieras parecían complotar con la situación, haciendo de ella algo que jamás se volvería a repetir, haciendo de ella algo único. No había espectadores, eran dos entes invisibles, transparentes como fantasmas para los demás transeúntes. Pero desde el cielo luminoso, las miles de estrellas poseían la magia de poder ver y sentir lo que había entre la mirada de aquellos que se amaban. Desde allá arriba, ellas miraban con celos y con temor; tenían miedo que ellos dos, desde allá abajo, sean más eternos que ellas.
Nadie se “separa”. Las personas se abandonan. Esa es la verdad, la verdad verdadera. El amor podrá ser reciproco, pero el fin del amor no, nunca. Los siameses se separan. Y no, tampoco: porque solos no pueden. Los tiene que separar otro, un tercero: un cirujano, que corta por el medio el órgano o el miembro o la membrana que los une con un bisturí y derrama sangre y la mayoría de las veces, dicho sea de paso, mata, mata a uno, por lo menos, y condena al otro, al sobreviviente, a una especie de duelo eterno, porque la parte del cuerpo por la que estaba unido al otro queda sensibilizada y duele, duele siempre, y se encarga de recordarle siempre que no esta ni va a estar nunca completo, que eso que le sacaron nunca podrá volver a tenerlo.
Se sentía triste. No entendía bien el porqué, o mejor dicho, no sabía cuál era, porque entre todas las cosas que andaban mal en su vida ninguna era demasiado grande para justificar que se sienta de esa manera. Porque la tristeza es mucha, tanta que por más que haga fuerza no puede llorar, como si esa angustia que le hunde de afuera hacia adentro tuviera manos que se aferran a su corazón, negándose a salir. Estando triste toda la cuidad se teñía de un color gris oscuro y las caras de las personas en la calle eran borrosas como fotografías fuera de foco. En las salas de cine se buscaba las películas más populares, las que convocaban a la mayor cantidad de espectadores, pero aún así, sentado en medio de ellos, se descubría sola, habitando un planeta de otra galaxia.
Amo poder responderle un beso a esas margaritas.
Y cuando le miré, ahí justo entre sus brazos me encontré pensando que es increíble que, luego de 11 años, esté yo ahí besando a la primera persona que en mi vida besé.
Quédese con quien le quiera hasta cuando está amargado, cariñoso le quiere cualquiera.
Esa inseguridad que te da cuando encuentras a la persona correcta y no la quieres perder ni que te la quiten.
Por cada palabra que sale de mi boca, hay unas seis que nunca salen de mi cabeza. Y no desaparecen, meramente se quedan esperando que la próxima vez sean las elegidas. Las que tuvieron la suerte de ser vomitadas por mi boca llegan hasta usted, para abrazarle como dos amigos que no se ven hace tiempo, como el reencuentro entre un padre y un hijo, luego de estar peleado por un largo tiempo. Pero eso nunca va a pasar, porque aquellas palabras que me guardo, aquellas que no digo, que no largo, son las más hermosas que pudiera un ser en esta tierra imaginarse, las más puras que pude crear. Y si las tiene, me va a tener a mí. Ese día, por favor, cuideme mucho.

Carta al pasado

Es la primera carta que finalmente decido escribirte, esperando que llegue a tiempo, aunque para mí siempre llegará un poco tarde, cuando ya no servirá. Me siento muy rara y me resulta chocante sentarme frente a unas hojas en blanco con una lapicera y suplicar en silencio para que la termines leyendo, para que me leas, y para que te leas a ti misma en unos años. Es increíble al principio, pero te juro que es verdad. Si aún te quepa duda alguna, te pido que termines de leer esta carta para comprender que soy yo, la consecuencia de 24 años en este mundo. Algo temerosa, poco sociable, romántica cuando la conocen a fondo y definitivamente con una gran esperanza, busco que estas palabras, las mías, logren atravesar el tiempo, que vuelvan al pasado y caigan en tus manos. Anhelo con todo mi corazón burlar la vida para que ambas seamos felices. Vas a sufrir, pequeña. Vas a sufrir mucho, vas a desesperarte y llorar, y no encuentro otra manera de decírtelo. Endulzar esta verdad no sirve de nada ...
Sería absurdo, tal como está el mundo, desperdiciarnos así.
Que pobre manera de amar es amar de la misma forma que amaste a alguien más.
Le seguiré escribiendo hasta que no quede nada de usted en mis manos.
Espero que se de cuenta, cuando no tenga a nadie, que yo, en ese momento, si hubiese estado con usted.
Sufro de la maldición del que no quiere saber, pero sabe… lo sabe todo, lo guarda todo.
No es fácil fijarse en otra persona cuando tienes a alguien metido en el corazón. Amar a una sola persona es tan simple, la gente debería dejar de hacerlo complicado.
Estoy tan asustada del futuro. Veo a mi alrededor y todos están triunfando, cumpliendo metas, siendo felices, mientras que yo estoy atascada entre lo que quiero ser y lo que los demás esperan que sea.
No a cualquiera se le responde rápido.
Su simple existencia le daba sentido a la mía.
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Y es que no sé como agradecer toda la vida que me ha dado.
Y es que si vas a hacer algo, cualquier cosa, pregúntate: ¿Cómo me sentiría yo si me lo hicieran a mi?
Y resultó no ser como yo pensaba que era.
Y quizás, algún día.
Y si algún día alguien te lastima de la manera que tú me lastimaste a mí, recuérdame. No, no para que te sientas mal, sino para que recuerdes que si yo sobreviví, tú también lo harás.
Y me encargaré de que lo sepa. Que no le quede duda que cada aspecto de usted, cada fragmento de su ser, vale toda la vida.
Maduras cuando aprendes a amar a las personas abrazando sus defectos, admirando sus virtudes, soportando sus excesos.
Y es que muchas veces siento que mi alma no encaja con este mundo.
Un beso en la frente no es para cualquier persona.
Una de las cosas más bellas del mundo es encontrar a alguien que con sólo un ratito de su tiempo mejore todo nuestro día.
Es posible que no te hayan amado, pero te cambiaron. Ellos te enseñaron. Ellos te hicieron crecer.
Me gustan las cosas simples de la vida, un buenos días, un te extrañe, un detalle tan simple como un dibujo o una canción. Disfruto una charla amena de cualquier cosa trivial, pero que me haga sentir que nos podemos conectar a través de algo tan pequeño. Quisiera conocer gente pues la soledad ya no me agrada. Prometo una linda conversación y muchos abrazos bonitos.
No sabe las ganas que tengo de decirle que venga a hablar de lo que sea. Con tal de tenerle delante. Con tal de mirarle a los ojos. Con tal de todo, pero juntos.
No me molestaría compartir mi camita con usted.
Hace falta más gente buena, con gustos simples, con ganas de abrazar fuerte, decir la verdad, amar sin miedo, y ser feliz sin joder a nadie.
Si hay dudas, es que no.
A mi me gusta que me digan la verdad, yo veré si duele o no.
Escribimos una historia difícil de borrar. Lo sabemos bien.
Amo sus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron.
Cariño, usted me contemplaba y me hacía sentir viva.
Cuéntame las cosas que no le dices a nadie por vergüenza.
Escribo porque en persona se me hace imposible expresarme como tengo en mente.
Alguien con quien desvelarse simplemente porque sí.
Cada quien sabe que hizo, que dijo y que sintió.
Las cosas que encuentro más hermosas sobre una persona casi nunca son físicas.
Así, brutalmente. Sin miedo, sin dudas, con ganas y sin remordimiento.
Pienso que cuando hemos amado verdaderamente a alguien que se ha ido de nuestro lado, se lleva una parte de nosotros, queramos o no.
La vida no te quita personas, te aleja las que no necesitas.
Pero sobre todo, le amo porque siempre, siempre tengo ganas de hacer con usted las cosas cosas que me gustan hacer sola, y eso dice mucho de usted, y de mi con usted.

Estás con alguien porque lo eliges.

Somos todos libres, y cada uno decide si se quiere quedar o ir ¿o no? Entonces no puedo entender por qué la gente se sigue jodiendo.
Uno también es la suma de todas esas cosas que piensa, que siente y nunca dice.
Lo hermoso de escribirle, no eran las cartas, ni los poemas, ni las frases, era que me leía.
Ojalá piense un poco en mi, cuando le falte un poco de usted.
No quiero que esto se quede solo en mi mente.
Intenta todo lo que quieras hacer en esta vida porque no hay otra.
Nada es lo que parece, aunque a veces es bonito pensar que si.
Hay que luchar por lo que uno quiere, sin dañar a nadie.
Voy a desearlo hasta que se cumpla.

El recuerdo más bonito del invierno

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es usted sosteniendo mi mano.
Quiero saber si me vas a seguir amando cuando el brillo se me vaya y yo no sea para tanto.
Soñé que te abrazaba y no te ibas.
Mamá piensa que quiero pasar todos mis días encerrada en mi cuarto, cuando en realidad no salgo de ahí porque no tengo a donde ir.
Lo estoy intentando, intentando no desvanecerme.
Tener a alguien con quien pasar los domingos. Eso sí que es tener suerte.
Porque amar es un arte y no todo el mundo es artista.
Y en ese momento, tuve miedo. Porque jamás me había sentido así.
¿Porque no me llamas esta noche? Y me cuentas como te ha ido sin mi.
A nadie le importas a menos que seas guapa o te estés muriendo.
Todavía pregunto “¿lo prometes?” como cuando era una niña pequeña.
No espero ni su mensaje, ni mucho menos una llamada. Solo que sea feliz, porque si, porque se lo merece, porque todos en esta vida merecemos ser feliz sin explicación alguna.
You only have one dick, so you only need one girl.
Quiero mimos en la espalda.
Qué ganas de estar echados en su cama, queriéndonos no más.
Que ganas de hacer el amor y, luego de haber encontrado ambos el cielo, quedarnos allí durmiendo, sin necesidad de taparnos nada, solo quedarnos allí abrazados descansando. Sin horarios, sin terceros, sin ninguna preocupación más que la de disfrutar juntos.
Si usted pide una buena mujer, asegúrese también de que usted sea un hombre valioso.
Hay gente que no le dice que le quiere porque le cuesta. Pero le cuida. Pero se preocupa por usted. Pero le escucha. Y eso también es decir.
Yo ya le amaba desde antes. Le daba todo lo que soy sin sentir que perdía algo. Y él tomaba su reflejo y me lo regalaba. Tenga, me decía. Pues parte de lo que soy, es suyo, amada señorita.
Siento que le voy a querer siempre, siempre pase lo que pase, esté donde esté o con quien esté aunque tomemos diferentes caminos, le voy a querer toda la vida.
Quiero que me mire y que se le inunden los ojos de ganas.
Sólo porque no está sucediendo ahora, no significa que no va a suceder pronto. Sé paciente, cariño. Porque la vida toma el tiempo adecuado para que sucedan las cosas correctas.
No necesita estar en mi cama para hacerle el amor a mis días.
Nuestro primer propósito en nuestra vida es ayudar a otros. Si no puedes ayudar, al menos no les hagas daño.
Todo lo que no ponemos en palabras el cuerpo lo manifiesta de otro modo.
Usted merece a alguien que no le haga sentir ignorado cuando le cuenta algo con tanta emoción.
El alma necesita un abrazo de vez en cuando.
tiene miedo de sentir mucho por alguien que sienta poco.
Pórtese bien y si se porta mal, invíteme.
Lo realmente inolvidable son sus labios. O él en el reflejo de mis gafas. He decidido quererlo a destiempo, acompasando su risa con mi torpeza, y descubro que hay un brillo ahí, donde abre los ojos y una sombra le recorre la mirada. Es tierno sin saberlo y loco por tener el control. No es de dar por cuenta propia abrazos espontáneos, pero bien que a veces le hacen falta. Yo le tomo la mano, sin embargo, a riesgo de enamorarme un poco más. Caminamos como si fuésemos prometidos, a cambio recibo una que otra confidencia. Su aroma me recuerda al invierno, no sé por qué. El invierno nunca lo he asociado con ningún perfume, pero creo que él es capaz de amoldarse a las estaciones. Juraría incluso que antes del otoño él ya olía a verano, y que aunque septiembre esté lejos todavía, ya tiene a la primavera creciéndole muy adentro. Habrá una selva en su cabeza, una nube de tormentas y mis oídos siendo pararrayos de sus palabras. Su electricidad no mata, sino redime. Hay un montón de lunares en su...
Sé la razón por la cual alguien allá afuera, crea en la bondad de los otros.
No sé porqué me habré enamorado tanto de él, probablemente por la facilidad que tenía para hacerme reír cuando estaba presente. O la sonrisa tan linda que aún tiene. No entiendo. Él no era el tipo de hombre que se enamora o que se abría del todo a las personas, pero varias veces me demostró un poco de sus emociones y me sentí extrañamente especial.
Y yo no quiero buscar a alguien más, yo quiero intentarlo con usted hasta que todo nos salga bien.
Alguien que se duerme en sus brazos, le está confiando su vida.
No es un sueño, lo haré realidad pronto.
Mi plan es ser feliz.