Nos imagino un día volviendo de la playa, tomados de la mano. Luego usted se pone sobre mi y hacemos el amor. Somos los únicos allí, por ende no hay razón de preocuparnos. Luego descansa su cabeza en mi pecho mientras yo le acaricio su mejilla, su cabeza, su boca. Nos sentamos y hablamos por horas de lo que sea que se nos venga a la mente. No tenemos nada que ocultar. No tenemos prisa por dormir ni por irse a ningún lado y el tiempo está de nuestro lado.

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