Gustos
A Christian le gustan los cajones.
Le gusta el sonido de los lápices de colores cuando chocan entre sí mientras uno los remueve buscando uno en especial.
A mí me gusta, ya lo he dicho, hundirme entre las sábanas y sentir cómo aletea la frescura por mi cuerpo al primer contacto, me gusta ver el movimiento de las manos de la gente, el color negro, escuchar música que traen recuerdos, escribir a mano, la pérdida del color cuando un hombre muerde su labio inferior, los bosques y la niebla, acariciar el cabello de alguien mientras éste está recostado junto a mí, la voz de un enamorado al teléfono, los susurros suaves al oído, cuando alguien me mantiene entre sus brazos, la inocencia del primer beso, las palabras que se desprenden de un hombre franco, el arte, contemplar bebés, el olor de los libros, pasar hojas de papel sueltas, las miradas sutiles de un enamorado anónimo, sentarme en una roca fría a pensar, las caminatas sin dirección alguna, las risas contagiosas, y a veces, sobre todo cuando ha dejado de ser frecuente, mientras abrazo una almohada en soledad, llorar.
Le gusta el sonido de los lápices de colores cuando chocan entre sí mientras uno los remueve buscando uno en especial.
A mí me gusta, ya lo he dicho, hundirme entre las sábanas y sentir cómo aletea la frescura por mi cuerpo al primer contacto, me gusta ver el movimiento de las manos de la gente, el color negro, escuchar música que traen recuerdos, escribir a mano, la pérdida del color cuando un hombre muerde su labio inferior, los bosques y la niebla, acariciar el cabello de alguien mientras éste está recostado junto a mí, la voz de un enamorado al teléfono, los susurros suaves al oído, cuando alguien me mantiene entre sus brazos, la inocencia del primer beso, las palabras que se desprenden de un hombre franco, el arte, contemplar bebés, el olor de los libros, pasar hojas de papel sueltas, las miradas sutiles de un enamorado anónimo, sentarme en una roca fría a pensar, las caminatas sin dirección alguna, las risas contagiosas, y a veces, sobre todo cuando ha dejado de ser frecuente, mientras abrazo una almohada en soledad, llorar.
esto mientras estaba leyendo senti que era como si me hubieses robado una parte de mi y es verdad eso hiciste, pero no al momento de escribirlo sino que simplemente cuando te convertiste en mi amiga y por el hecho de ser amigas tenemos unas cuantas cosas en comun
ResponderEliminarcariños vale
pd. no pienses que es de mala onda sino que de verdad me llegaron