Hay una mosca en mi cuarto. Se golpea con la ventana una, dos, cuatro, ocho veces. A pocos centímetros de donde colisiona, está su salida. Nos reímos de ellas y sin embargo nos parecemos mucho. ¿O nunca te quedaste atrapado, logrando que tus únicos movimientos sean el chocar una y otra vez con la misma pared?

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