Sé lo que dicen ellas

Pues se encargan que lo sepa. Sé lo que va mal. Cabello, brazos, pancita, demasiado pequeña, muslos, ojos redondos, que mi inglés es muy Australiano, que no soy suficiente, que no lo voy a lograr, que mi tipo de amor es incorrecto, que no me van a amar lo suficiente y que en cualquier momento me dejarán por una más bonita. Que jamás seré prioridad, que no soy lo suficientemente blanca, que soy demasiado ñoña con el inglés, que estudio demasiado. Que no salgo a carretear ni ando con amigos al otro día tratando de pasar la resaca, que no digo garabatos ni ando fumando cosas, que soy demasiado hogareña y que soy muy mamá sin tener una hija. Que está mal que no ocupe zapatillas y me guste usar tacones, que gasto más tiempo con mi familia que con amigos. Que no salgo demasiado. Que no participo con eventos de la Universidad. Que no ando coqueteando con chicos ni contando mis experiencias sexuales, reclaman que actúo mayor a mi edad y que no me divierto como debería. Agotan los cortes de cabello, que dejen sus tazas de café encima de mis guías y que tenga que imprimir todo dos veces, los mensajes sobre mi aspecto, las risas mientras diserto, que decidan separarme del grupo al día de la presentación, que me dejen la cabina con el peor audio, que me digan que no tienen las cosas mientras que yo ya había visto que las estaban guardando, que cuando falto, me digan que hay tarea y que al llevarla sepa que no había nada, que solo saluden cuando está la profe presente, que me mojen mis apuntes y que me dejen la silla más apartada de la sala. Pero adivinen que. No me voy rendir ni todo eso me va a cansar. Seguiré hasta el final hasta que tenga el título en mano. Yo aún pienso que son lindas. Nadie es malo del todo, sé que tienen un lado bueno guardado que nace solo en ocasiones, con otra gente. No son malas, solo les falta amor.

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