Porque hoy, el valor de un te quiero, es muy difuso.
Cuántas veces utilizamos el verbo querer para referirnos a los sentimientos, y cuántas veces se hace falsamente.
Muchas personas tienden a decir "te quiero" a cualquiera, sin saber ellos mismos que el valor de un te quiero lo pone la otra persona a la cual dedicas esas palabras.
Todos hemos recibido alguna vez en nuestras vidas un "te quiero" pero ¿cuántas veces han sido de verdad? Nunca lo sabremos. O sí… Solo cuando recibes esas dos palabras, de alguien que realmente siente lo que dice, de alguien que sabes que le cuesta mostrar lo que siente… de alguien a quien tú, tu persona, también quiere como a nada, te das cuenta del valor de un "te quiero".
Y entonces comprendes que todas esas veces que lo habías oído por otras personas, dejan de existir, dejan de cobrar la importancia que un día tuvieron... dejan de ser te quieros, y se convierten en dos palabras más.
Muchas personas tienden a decir "te quiero" a cualquiera, sin saber ellos mismos que el valor de un te quiero lo pone la otra persona a la cual dedicas esas palabras.
Todos hemos recibido alguna vez en nuestras vidas un "te quiero" pero ¿cuántas veces han sido de verdad? Nunca lo sabremos. O sí… Solo cuando recibes esas dos palabras, de alguien que realmente siente lo que dice, de alguien que sabes que le cuesta mostrar lo que siente… de alguien a quien tú, tu persona, también quiere como a nada, te das cuenta del valor de un "te quiero".
Y entonces comprendes que todas esas veces que lo habías oído por otras personas, dejan de existir, dejan de cobrar la importancia que un día tuvieron... dejan de ser te quieros, y se convierten en dos palabras más.
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