Estaba listo.

Era el momento que tanto había ansiado vivir.
Se acercó a ella, algo tímido, era su primera vez, tenía que hacerlo bien.
La cogió entre sus brazos y lentamente recorrió sus curvas.
Cuando en eso, encontró el cierre, cuidadosamente comenzó a bajarlo.
Dejándola completamente al descubierto.
Y la observó, allí, recostada encima de la cama, completamente suya.




No podía creer lo hermosa que era su nueva guitarra.

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Él.