Algunos días el corazón debería ser más prescindible
Algo que te puedes sacar del pecho y guardar en un cajón.
Lamentablemente, esos días igual que el resto, lo necesitamos.
Dependemos de un ritmo cardiaco que no para, que es constante, y que nos punza a cada latido.
Somos todo corazón, y quien pretenda arrancárselo morirá en el intento.
No somos máquinas, somos personas... cúmulos de sentimientos contradictorios que un día nos hacen felices y al siguiente tiran a matar.
Somos personas y estamos condenados a sufrir.
No podemos quitarnos el corazón y permanecer inertes hasta que cesen los vendavales.
Al contrario, no nos queda otra que tomar aire y sentir.
Sentir para bien y para mal.
Sentir, latir y desear apuñalarte el pecho en el trayecto, pero es nuestra única alternativa, a no ser que quieras renunciar.
Lamentablemente, esos días igual que el resto, lo necesitamos.
Dependemos de un ritmo cardiaco que no para, que es constante, y que nos punza a cada latido.
Somos todo corazón, y quien pretenda arrancárselo morirá en el intento.
No somos máquinas, somos personas... cúmulos de sentimientos contradictorios que un día nos hacen felices y al siguiente tiran a matar.
Somos personas y estamos condenados a sufrir.
No podemos quitarnos el corazón y permanecer inertes hasta que cesen los vendavales.
Al contrario, no nos queda otra que tomar aire y sentir.
Sentir para bien y para mal.
Sentir, latir y desear apuñalarte el pecho en el trayecto, pero es nuestra única alternativa, a no ser que quieras renunciar.
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