A veces echarse la culpa por algo que no hiciste es una buena idea.

La única que salió perjudicada fui yo.
No tienen idea de lo bien que eso se sintió.
Todo el resto estaba a salvo.
Solo eran espectadores.

Una mirada culpable pero agradecida por aquel inequivoco gesto.
Fue todo lo que necesité para sentir que había hecho lo correcto.

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Él.