Quiero confesarle algo. Algo que es tan loco como nosotros. Quiero confesar que le quiero, que me gusta y que no me importaría enamorarme de usted. Que le quiero con locura, esa que no entiende, pero que le gusta. Hoy quiero gritar que amo la manera en la que me hace sentir, como si el mundo es demasiado poco para nosotros. Quiero decirle que huiría con usted, sin pensarlo. Y es que nadie me hizo sentir así. Vino despacio, lentamente, como si pidiera permiso y al mismo tiempo me ordenara que le dejara entrar. Me importa nada la gente, el que dirán e incluso nuestra edad. Porque nadie me mantuvo deseando un futuro como usted. Y eso, es lo que vine a confesar.

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