Cariño, no sé que sucedió y sólo estoy esperando a que me diga que usted siente lo mismo por mí.
Nos reímos hasta la madrugada, adoro sentir esa forma tan suya de ser el único hombre con el que amo entrelazarme para dormir.
Sé que siempre dije que es molestoso, pero ahora que le veo de a ratos, extraño todas esas cosas tontas que hacía sólo para molestarme y usar de excusa para darme besos.
Amo sus sonrisas y sus miradas largas que me da para ponerme incómoda, sus guiños y sus chistes, adoro que me ofrezca comida aunque sepa que nunca la como entera y que busque cualquier excusa para hablarme.
Amo que me cuente sobre su infancia y me llame no aburrida a pesar de no tener tantas experiencias como él, amo que me defienda y me incluya en las conversaciones, amo nuestras conversaciones nocturnas y sus videos graciosos que sólo me mandaba a mí.
Adoro que siempre intente sacarme fotos aunque yo las deteste por no ser una chica bonita, amo el hecho que se preocupe por mí.
Le extraño.
Está tan cerca pero a la vez tan lejos, a veces trato de buscar su mirada y cuando me mira, lo haces como si me conociera de siempre. ¿Por qué? ¿Qué he hecho? ¿Tal vez hice algo bueno que me mandaron un amor así?
Lo siento, sé que soy difícil y tengo momentos de depresión, pero usted me hace bien, me hace reír y olvidar todos mis problemas, me hace sentir que puedo con todo, que soy bella y me da metas que me dan ganas de vivir.
Le necesito, incluso quiero que me llame por todos esos nombres que se le ocurren y luego me de una sonrisa brillante, sólo para mí.
Necesito uno de esos abrazos que me da luego de decir “yo no abrazo a nadie” pero lo hizo, por mí.
Necesito que me mire cuando estoy distraída y me sonría con un guiño cómplice cuando le descubra.
Maldición, le necesito tanto y ud ni cuenta se da de eso.
Todo esto jamás se lo diré, probablemente sólo le mire, ruede los ojos y le diga con una sonrisa que es un “idiota” pero en realidad es el sol que alumbra mi vida, y sin ud, aquí conmigo, ha estado lloviendo todos los días.
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des...
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