Y como le iba diciendo me acordé de usted mucho y ya no hallaba a quién contarle que ud vivía sobre la tierra y que comía y dormía y que no era ningún fantasma ni ninguna alucinación mía, sino que estaba vivito y coleando y que le amaba mucho y que ya no nos enojábamos, lo dije con tal de poder creer, aunque suene no cierto, que usted también me ama más que a los demás.

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