¿Qué estará haciendo? ¿De qué se reirá justo ahora? Sé cuántos besos caben en sus manos, ¿alguien más lo ha descubierto? Tengo tantas preguntas. Tengo tanto qué contarle (a pesar de que cuando le veo, solo quiero besarle y me olvido de todo lo demás). Ojalá nunca tuviese que decir "hasta pronto" sino solo "buenas noches". ¿Saben?, aún tengo la marca imaginaria del hilo rojo que nos une. No se borra ni con lejía. Y el hilo, por más que tiro de él, no se rompe. Aún permanece fuerte, como el recuerdo de su sonrisa, cuando despierta mi lado o esa sonrisa que me da antes de irse al trabajo o el sonido de tus manos cuando me acaricia el rostro.

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