Mi papá es un sabio, un maestro, un perfeccionista, es capaz de solucionar cualquier problema. Él piensa, piensa, piensa y piensa todos los días en cómo resolver situaciones. En como no quedarse enfocado en el problema sino en su solución. En cómo hacer las cosas bien, en cómo decirte que te quiere a través de un acto, de un gesto. Porque a veces no sabía expresar sino a través de un abrazo, porque su manera de ver el mundo es distinta a la de todos nosotros. Tiene un humor que pocas personas entienden, y me siento orgullosa de ser una de ellas. A mi papá le gusta analizarnos a todos y (como es muy observador) sabe cada detalle y no se le pasa nada. A veces yo tenía rabia y andaba idiota, y él se me acercaba y simplemente se reía de mis caras y me daba un abrazo gigante (y terminábamos riéndonos juntos).

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