No me olvides.
Como primer pedido, y ruego, que lanzó desde mi sentimiento y a pesar de la distancia. Segundo, que tu corazón sea libre, que camine lento pero firme.
Tercero, y no menos importante, es que recuerdes que hoy, mañana o cuando estes preparado, voy a estar para ti.
Para ti, como lo estoy ahora en mente y en alma.
No soy un fantasma, una pesadilla o una enfermedad.
No te busqué. No me buscaste. Aparecimos y acá estamos.
¿Corremos cada uno para su lado? No, juro que no quiero eso. ¿Queres correr tú? Hazlo, pero yo no me moveré del lugar para que cuando quieras me puedas ubicar con facilidad.
Con respecto al miedo, a ese enemigo que suele ubicarse en nuestras cabezas y nos dan batallas cruentas, puedo asociarme a tu ejército y a través de mis abrazos, de mi compañia y de mis ojos por sobre los tuyos, poder ayudarte a derrotarlo.
Y es que el olor de esa poesía que forma tu sonrisa después de dormir conmigo en mis sueños me obliga a estar, a decir presente. Mi cuerpo relajado después de tus masajes de pensamiento me piden que no tenga temor y que te haga sentir especial cada segundo.
Los besos que me brindan tus mensajes agitan incansablemente mi corazón.
La vida, dividida en pasado, presente y futuro, nos da esa ventaja.
Tu no fuiste para mi. Eres y serás.
Yo no dejé de ser para ti sino que soy o seré.
En el pasado no estuve; y tienes dos tiempos para decidir acercarte a mi.
Puedes hacerlo en el presente; puedo esperarte en el futuro.
Mi muchacho
"El amor estaba ahí, cerquita, esperando que le hablara. Escondido en timidez, disfrazado de amistad.". Y es que no sabe lo emocionada que me pongo cada mes esperando los 13. Y si, a veces dejo esperar un poco para no parecer tan ansiosa, pero miro el reloj cada 12, esperando que ya comience a ser 13. Hay cosas que me gustan de usted con ganas. No hablo de las facciones de su rostro o la proporción de sus piernas. Tampoco hablo de la forma de sus ojos ni mucho menos de la forma en que sus manos se moldean a mi cuerpo cuando hacemos el amor, no hablo tampoco de su cuerpo cuando lo veo vestirse ni de como sus dedos se enredan en mi cabello cuando me toca. Hablo de cosas sencillas como, por ejemplo: me gusta la manera en que sonríe cuando se enoja y también cuando no lo está. Me gusta su mirada concentrada cuando estudia, sus lunares rodeando sus hoyuelos. Me gusta cuando me dice que estoy regalona y le doy toda la razón del mundo. Me gusta porque me ha convertido en alguien...
Comentarios
Publicar un comentario