Los años pasan, los meses, los minutos, los segundos.
Cada respiración, cada gota de oxigeno que entra en mis pulmones hace que envejezca, hace que esté a un paso más cerca de la muerte.
Cada día que pasa, es un día que no se puede volver a vivir, un día que se queda en uno de esos cajones que nadie encuentra para poder abrirlo y si lo encontraras ¿tendría cerrojo? Yo creo que si ¿Y la llave? Otra cosa que tendrías que buscar, y otra cosa que te llevaría días, semanas, meses, años... Quién sabe si la encontrarías antes de morir.
Tu memoria puede ser una grabadora, rebobinar momentos históricos, parar los que te hicieron suspirar, los que provocaron que tu corazón dejase de latir por un mísero instante; sin embargo, eso que se hace llamar vida no es ni mucho menos esa grabadora, ya que lo pasado, pasado está, es como cuando vas a ver un partido en directo, no hay repeticiones de las mejores jugadas.
Cada día que pasa, es un día que no se puede volver a vivir, un día que se queda en uno de esos cajones que nadie encuentra para poder abrirlo y si lo encontraras ¿tendría cerrojo? Yo creo que si ¿Y la llave? Otra cosa que tendrías que buscar, y otra cosa que te llevaría días, semanas, meses, años... Quién sabe si la encontrarías antes de morir.
Tu memoria puede ser una grabadora, rebobinar momentos históricos, parar los que te hicieron suspirar, los que provocaron que tu corazón dejase de latir por un mísero instante; sin embargo, eso que se hace llamar vida no es ni mucho menos esa grabadora, ya que lo pasado, pasado está, es como cuando vas a ver un partido en directo, no hay repeticiones de las mejores jugadas.
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