Tú.

Haciendo trampas al sol con la mirada perdida para invitarte a cambiar de planeta y con la cabecita loca y el corazón despierto ser transportados por la ola que surge del último suspiro de un segundo y poner el mantel para comérnos el amanecer y lo que quieran las manos porque no sé qué tiene tu veneno que me quita la vida sólo con un beso, pero si estás conmigo sólo pienso en existir.

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