Guardaba fotos en cajas de galletas.
Se solía levantar temprano para ver como el anaranjado sol bañaba de forma tan lenta, que parecía que se avergonzaba de dicha acción.
Con una taza - siempre roja.- solía desayunar en su salón, en el cual había una mesa y dos sillas, un sofá para dos, un piano y una televisión.
Andaba con sus calcetines color durazno por la casa, escurriéndose a veces, patinando como una autentica profesional muchas otras.
Y es que, así era ella, una mujer que guardaba fotos en cajas de galletas, que guardaba las galletas en bolsitas esparcidas por la casa, para que cuando se encontrase una, fuese realmente una sorpresa.
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