(:

Caminábamos por la calle cojidos de la mano en silencio.
Ya había oscurecido y la calle estaba practicamente en silencio.
Este se veia interrumpido de vez en cuando por algún coche.
Veniamos de dar un paseo por el centro.
Llevaba mi bolsa de galletas en la mano y los pies ya empezaban a dolerme.
Entonces, él me sostuvo fuertemente entre sus brazos y me dijo :
- Dame las galletas o te beso.
- ¡Pues bésame! -contesté decidida y riendome.
Me besó y empezó a pasar su mano por mi espalda cuando el ruido de una puerta cercana nos interrumpió.
De ella salió un hombre, aparentemente de unos 32 años, que se dirigía hacia el contenedor que estaba a nuestro lado.
Él me soltó y dijo en alto, dirigiéndose a aquel hombre "si, es lo que parece".
El hombre tiró la basura y se fue sin ni siquiera mirarnos.
Después de esa interrupción, me arreglé el abrigo y le tiré las galletas.
-Toma!- Empecé a caminar hacia mi casa.
Al sentir que él no me seguía me di la vuelta.
Y ahí estaba, sentado en el escalón de un portal intentado abrir la bolsa de galletas con los dientes.
Me arrodillé en la acera y me reí hasta que me dolieron los labios.

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