Estación Central

Me encuentro en la estación de San Bernardo esperando que parta el tren.
A mi alrededor se encuentra una gran variedad de gente.
Un hombre sentado cerca de la ventana, fingiendo que lee el periodico, mientras que en realidad lo que hace es mirar las piernas de las señoritas disimuladamente.
Al otro extremo se ubica otro hombre, que apoyando la cabeza en la ventana se queda dormido inmediatamente.
También están los niños corriendo de un lado hacia otro mientras la madre trata de sentarlos.
Una chica se maquilla mientras el joven a su lado le sostiene un espejo.

- Permiso señorita, está ocupado el asiento ?- Me preguntó el joven de los ojos claros.
- Pues sí, lo reservé para el amor de mi vida hace algunos años pero como puede ver todavía no llega - contesté mientras mis mejillas se acaloraban debido a la estupidez que acababa de responder.
- Y si digo porfavor ? - Preguntó mientras acariciaba su cabello.
- Haría la excepción - sonreí.

Se sentó frente a mí y sonrió.
Observó ligeramente por la ventana.
Pude notar el color preciso de sus ojos, eran celestes con lineas verdes y cafés.

Bajé la mirada para no incomodarle.
Él repentinamente sacó su mp4 de la mochila, me miró y señaló el audífono.
Golpeó el asiento invitándome a sentarme a su lado.

Asentí y fui rompiendo la distancia.
Me entregó el audifono derecho y prosiguió a colocar "Play".
Nos quedamos unos minutos oyendo la música.

¿Alguna vez haz sentido que alguien te observa sin que tu le mires?
Pues bien,Yo sabía que el me observaba en esos momentos; pero el miedo a encontrarme con aquellos ojos azules hacía que mi vista se fijase en la ventana.

Repentinamente él me beso la cabeza y acarició mi cabello.
- Perdón la imprudencia, no suelo ser así, pero sentí la necesidad de hacerlo - dijo bajando la vista y sonriendo nerviosamente.
No tuve palabras, solo atiné a sonreír.
¿Cómo sabes cuando algo que haces está correcto ?
¿Cuando sientes que no hay nada malo en ello o cuando haces lo que piensas que está bien?

De repente se oyó una voz que decía :
"Estación Central".

Su mirada se oscureció mientras decía:
- Hemos llegado.

Le devolví su audífono, le agradecí la compañia y besé su nariz.
Él con ternura me veía partir, despidiéndome con su mano.
Cuando en eso lo veo que corre hacia mí y dice riendo :
- Yo debía bajarme en la estación anterior y ahora no sé como volver.

Innatamente lo abrazé y le señalé la boletería.
Él notó que alguien más me esperaba.
- Novio ? - preguntó guiñando un ojo
Negué con la cabeza.

Él sonrió ... tan solo sonrió.