Los hombres las prefieren rubias ?
Algunos dicen que sí rubias, de piernas largas o con un buen par de senos.
Otros solo se conforman con una boca y que sea buena en la cama, lo demás es sólo adorno.
Él las prefiere transparentes, de piel acetato para mirar su interior.
Las quiere con una cajita en el pecho, no importa su exterior, deben tener una cajita en forma de corazón para que él pueda vivir dentro.
Mi amigo las quiere traslúcidas, con el cabello más largo que sus propios sueños, le gusta llenarles el rostro de fiebre y hacerlas reír con un tibio beso.
Él las quiere largas, como lianas amazónicas, largas para agarrarse de ellas y viajar rumbo tras rumbo por sitios desconocidos; le gusta mirar su silueta a contraluz, los hombros siempre hacia atrás, dibujando un blues en la habitación con sus ojos siempre postrados en él, alabándolo, ayudándolo a salir de esa cárcel en la que se ha metido poco a poco.
A él le gustan sinceras, como el granizo que antecede a las lluvias grises.
No importa cuántas palabras salgan de sus bocas, deben de salir también del corazón y si alguna vez dicen: " confía en mí " él lo hace secretamente no importa cuán mal se sienta después.
A él no le gustan rubias, no le gustan flacas, no le gustan altas ni largas, le gusta verlas a través de sus ojos, tan claras, como el agua embotellada.
Otros solo se conforman con una boca y que sea buena en la cama, lo demás es sólo adorno.
Él las prefiere transparentes, de piel acetato para mirar su interior.
Las quiere con una cajita en el pecho, no importa su exterior, deben tener una cajita en forma de corazón para que él pueda vivir dentro.
Mi amigo las quiere traslúcidas, con el cabello más largo que sus propios sueños, le gusta llenarles el rostro de fiebre y hacerlas reír con un tibio beso.
Él las quiere largas, como lianas amazónicas, largas para agarrarse de ellas y viajar rumbo tras rumbo por sitios desconocidos; le gusta mirar su silueta a contraluz, los hombros siempre hacia atrás, dibujando un blues en la habitación con sus ojos siempre postrados en él, alabándolo, ayudándolo a salir de esa cárcel en la que se ha metido poco a poco.
A él le gustan sinceras, como el granizo que antecede a las lluvias grises.
No importa cuántas palabras salgan de sus bocas, deben de salir también del corazón y si alguna vez dicen: " confía en mí " él lo hace secretamente no importa cuán mal se sienta después.
A él no le gustan rubias, no le gustan flacas, no le gustan altas ni largas, le gusta verlas a través de sus ojos, tan claras, como el agua embotellada.
Perdón por ser auto-referente, pero si alguien me preguntara que tipo de mujer me gusta, esa sería la descripción exacta, la perfecta, la infinitamente precisa.
ResponderEliminarNo hace falta que sea flaca o que tenga un buen par de senos.
Sólo hace falta una cosa: que dentro de ella haya un lugar para mí.
Cuando estoy triste, la prefiero transparentes. Cuando la nostalgia me agobia, la prefiero translúcida como dices. Cuando la anhelo, deseo y sueño, la prefiero larga. Y para cuando la tengo, la prefiero sincera. Es una cronología hermosa, perfecta. No sabes cuanto me identifica.
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