Espera
Toda la noche le esperó, con el corazón prensado en los durmientes, en el sobresalto que vendrá a ser la memoria.
Los silbatos estriaban la madrugada, entre la neblina él y el cansancio de los extranjeros.
Nunca volví.
Suspendido en el brillo de los ojos, quieto desde la estación de San Bernardo, observo los trenes que llegaban, de donde nunca partió mi regreso.
Los silbatos estriaban la madrugada, entre la neblina él y el cansancio de los extranjeros.
Nunca volví.
Suspendido en el brillo de los ojos, quieto desde la estación de San Bernardo, observo los trenes que llegaban, de donde nunca partió mi regreso.
Las esperas son angustiosas.
ResponderEliminarYo hace no mucho estuve esperando algo una noche. Algo que daba por hecho, que me parecía obvio, que juré era mío.
Las esperas son angustiosas, pero cuando terminan, sientes como si las esperas nunca más te fueran a angustiar.
Lamentablemente siempre existe la angustia de la espera.
ResponderEliminarYa sea por alguien, un ticket para entrar al cine, una fila para ir a un baño público,las famosas filas de supermercado, tiendas y demases...
Exacto, pues esa especie de inmunidad a la angustia es sólo la relajación que se siente el hecho de que la espera haya finalizado, sea para bien o para mal.
ResponderEliminarPero cuando llegue otra espera, veremos si realmente se era inmune a su angustia o no...