Celular
Somos esclavos del teléfono móvil: no hay más que ver como reaccionamos cuando se nos agota la batería y no tenemos posibilidad de recargarla.
Un desasosiego, una incertidumbre... ¿y si me llaman? Tremendo.
Y lo peor son las exigencias de los que están al otro lado.
Que dónde te metes, que no hay manera de dar contigo y eso sólo por un par de llamadas perdidas...
Lo mejor es relajarse, pues ya no está uno para agobios.
Un desasosiego, una incertidumbre... ¿y si me llaman? Tremendo.
Y lo peor son las exigencias de los que están al otro lado.
Que dónde te metes, que no hay manera de dar contigo y eso sólo por un par de llamadas perdidas...
Lo mejor es relajarse, pues ya no está uno para agobios.
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