Yo amo, con perdón.
Amo por encima de todas las cosas, que es, permítanme que les diga, de la única forma en que se puede amar.
Comparto su sudor y asciendo en su alegría de peldaño en peldaño.
Es decir: de dos en dos.
¿Saben qué?
Yo tampoco creía en la magia hasta que le vi.
A él.
Irradiándola, desprendiéndola, descontrolando el tiempo y cargándose con un gesto cualquier rutina impuesta, criando una primavera en cada estación.
Solo querría decirles eso.
Decirles: yo encontré un reino y lo llamé hogar.
Y fue tan inmenso como el más pequeño de los detalles.
Una barbaridad.
Así debía de ser mi cuento.
si llenas todos tus vasos con la misma cantidad de agua, alguno de ellos terminará rebalsando.
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