Y es que encuentro que es algo tan íntimo y personal cuando me acuesto en paños menores a su lado. Nunca, nunca había hecho con nadie más. Y si bien, la timidez invadió mi cuerpo y quise taparlo con las manos, él encendió la luz tenue de nuestra habitación, para verme e irme besando de a poquito y ese fue un momento, quizás trivial para él, inolvidable para mi. Porque nunca había estado tan vulnerable al lado de un hombre y él no hizo nada más que darme amor, caricias, besos, sin necesidad de cerrar los ojos e imaginar a nadie más. Me acosté a su lado y esperé algún comentario negativo sobre mi aspecto, más nunca llegó. Este chico, no es como esperaba que fuera...es mucho mejor. y ruego al universo que por favor, me permita que sea eterno, sin hacerme sufrir.

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