Quiero desearle una muy bonita vida a la persona que me ha acompañado durante un proceso de transición muy complejo, pasar de una pequeña que depende hasta para respirar de sus papás a un adulto joven que está casi terminando su proceso profesional (si Dios lo permite). Gracias por todas las noches de abrazos cuando lloraba, por todas las veces que intentó y logró calmar mis dolores, por las veces que conoció a mis fantasmas y logró coexistir con ellos. Le quiero decir que estoy muy orgullosa de lo que es, de lo que hace y de lo que logra cada día, nunca se rinda, siempre siga con esa tenacidad que le caracteriza, siga luchando como lo ha hecho hasta ahora.
Le amo Cris.
Lea esto cuando lo llegue a leer o incluso si nunca lo hace.
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