No sé que pensar.
A veces, cuando salgo temprano de clases me voy sola al cerro y pienso que me gustaría estar con él antes que con cualquier otra persona.

Suena patético, lo sé, pero siento que es la única forma de poder ser la chica torpe, sin culpa y a sabiendas de que, quizás, me ame un poquito por eso también.

Siento que me llena el corazón y que jamás quiero hacerle sentir que no es importante, que no es mi mejor amigo, que no es mi primera opción, que no es la esencia del nacimiento de todas las metas.

Porque él tiene muchísimos sueños y yo quiero ayudarle a cumplirlos, porque cuanto adoro verlo sonreír, sintiéndose orgulloso de lo que hace.

Yo quiero que él logre hacer todo eso que sueña y anhela.
Porque sus sueños valen la pena si es que le llenan su corazón.

Y yo quiero verle llenito siempre.
Sin importar los esfuerzos que hayan que hacer, yo haré todo lo posible, aunque sea de forma sutil, sin que se entere, para poderle ver sonreír.

Siempre.
Pase lo que pase.

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