Bastaba besar sus labios para sentir los siguientes años de toda mi existencia.
Yo, queridos lectores, me quiero casar con este chico, aunque algunos me digan de que son solo papeles, para mi, ha sido siempre un sueño frustrado que nunca he podido llegar a cumplir.
Yo, a mis 14 años, conocí a este chico, mi primer chico, mi primer todo.
A pesar de no ser tan cercana, debido a mi timidez, sentí amor por este muchacho y mi amiga Carla, fue testigo de todos mis sentimientos silenciados.
Y lo quise, siempre lo quise a pesar de no expresarlo demasiado.
Nunca pude olvidar la vez que, en 2do medio, tomó una de mis manos y me dijo que me veía bonita, recuerdo que luego de eso se fue rápidamente a reírse con sus amigos mientras yo quedé ahí, jamás nadie me había dicho algo así y quizás fue por eso que una cosa tan banal significó tanto para mi.
Siempre que toqué otras manos, fueron esas las que yo recordaba.
Porque ese chico me marcó.
No sé debido a qué, ni para qué, no estoy segura siquiera si alguna vez lo sabré.
Encontrarlo fue el mejor regalo de esta vida.
Y, si muriese hoy y me preguntaran sobre que me gustaría llevar, elegiría llevarme el amor de este chiquillo.
No he amado tantos años para nada.
Y Si, a veces tengo miedo sobre que alguno se equivoque o quedarme como la última opción del panorama, pero sé también que él me ama tanto como yo lo hago.
A él le deseo cosas bonitas, merece cosas que hagan su corazón sentirse menos roto y más vivo que nunca.
Siempre y eso jamás va a cambiar.
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des
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