Brindo por mí, porque me lo merezco. Por haber creído ser una inútil mientras ayudaba a muchos, o fracasada teniendo tantos logros; por madrugadas llenas de insomnio; por esas noches llorando pensando en mi pasado y mi futuro; por las heridas que ya son cicatrices; por mis verdades sin revelar y por fingir alegría cuando en realidad me sentía vacía. Pero sobretodo, brindo porque ahora me siento con vida, sigo viva un año más a pesar de que muchas veces quise y traté de no estarlo.

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