Amanecer contigo era la medida de todas las cosas que hacían que el amor girara. Amanecer contigo era dejarnos encontrar dormidos por el día. La piel cubierta de noche, la luna roja embriagada, la resaca de haber vivido. Y nosotros, haciendo una guarida de sábanas, nos escondíamos de nada, nos escapábamos del sol. Amanecer contigo valía mil despedidas, valía la vida, valía sentirse morir por haber vivido.
si llenas todos tus vasos con la misma cantidad de agua, alguno de ellos terminará rebalsando.
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