No debes mirar a tu pareja en menos, menos cuando tengas hijos.
Estará allí para ayudarte a cuidarlos.
Cuando no quieras que tus hijos sepan que te sientes triste, estará allí para escucharte.
Te acompañará en todo el camino mientras todos envejecen juntos.
Cuando tus hijos se vayan, estará allí para darte la mano y que jamás te encuentres con la soledad.
Cuando creas que ya no puedes más, estará allí para decirte que si puedes.
Existe para ser una familia, ya sean tres, cuatro, cinco o solo ustedes dos.
Estará allí para recordar juntos.
Estará allí para cuidarte cuando te enfermes.
Estará allí para afirmar tu base cuando ya te está pesando demasiado.
Cuando tus hijos se queden fuera de casa, llegará ese acompañante de aventuras a rodearte con sus brazos y ser tu refugio, antes de irse a dormir.
Te pondrá una cobija cuando te quedes dormido en el sillón (para que no te resfries).
Será ese lugar en el que te puedes sentir seguro, sin importar lo que esté pasando alrededor.
Cuidará de ti cuando sientas que no puedes cuidar a todos.
Sabrás que no encontrarás eso dos veces, porque nadie más te entenderá mejor.
Te quitará las rocas del camino, para que no tropieces y te sostendrá la mano por si es que se le pasó alguna, puesto que la última cosa que querrá será verte caer.
Jamás se aprovechará de ti.
Será esa persona que no le moleste que coloques tu música mientras haces algo que te gusta.
Será esa persona que sabrá sacarte una sonrisa incluso cuando te olvides como hacerlo.
Será ese quien sus amigas sabrán que eres su mujer.
Será esa historia de amor que jamás se termine de escribir.
Será quien no te herirá incluso si es que está lleno de rabia, porque sabrá que la rabia pasa pero las palabras se quedan.
Será quien sentirá orgullo de tenerte a su lado, sin importar en donde esté.
Será quien jamás te levante la voz (a menos que sea que estés lejos y te llame a comer).
Será quien se preocupe si es que te sucede algo y quien te ayudará a buscar una solución para que no llegue a ser un problema.
Será quien será incapaz de ofenderte o hacerte daño, puesto que su felicidad reside en la tuya.
Será quien no te haga dudar jamás que el amor valga la pena.
Será esa persona que sabrá leer en tus ojos que es lo que ocurre.
Será esa persona que te salude todos los aniversarios.
Será esa persona que se acerque luego de cada pelea, porque no quiere perderte.
Será esa persona que siempre querrá saber un poco más de ti (aunque te conozca ya por más de 30 años).
Será esa persona que todos los días te demuestre que te ama, porque jamás permitiría que el amor se diera por sentado.
Será esa única persona que sabrá exactamente cuantos lunares, manchitas, granos y tatuajes escondidos tienes.
Sabrá quien sepa todas tus historias, miedos, preocupaciones, anhelos.
Sabrá cuando debe tratarte más suave, en ciertos "días mensuales" que solo él sabrá que fecha ocurre.
Será esa persona quien mire las fotos y sepa cuanto se amaron aquel día (y que eso no haya cambiado ni un segundo).
Será quien te acompañe a ir escalando, paso a pasito y será quien te ayude a mantener la humildad.
Será tu compañero de los millones de "mira que lindo está el cielo".
Será a quien mires y te haga sentir que harías todo de nuevo, con tal de tenerle a tu lado.
Por todo esto es que jamás dejes a tu compañero de vida en segundo plano.
Ámale al mismo nivel que amas a tus hijos, puesto un rompecabezas siempre necesitará todas las piezas para estar completo.
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