Me gusta que me agarren de la mano, me peguen su perfume por un abrazo, o me dediquen canciones porque sí, me gusta que me abran la puerta y me dejen pasar primero, me gusta que antes del salir del metro me tomen la mano y se aseguren que salga bien, me gusta que me cuiden de la gente fea en la calle, me gusta ese beso espontáneo, sin vergüenza de que haya alguien que pueda verle por la calle, me gusta que no tenga miedo de incluirme en sus planes, me gustan los regalos pues es una muestra de que se gastó un tiempo un tiempo en hacer algo para ti, me gusta que no sientan vergüenza de contarles a sus conocidos de mi, me gusta que no sean desatentos, me gusta ese beso en la frente, amo esos abrazos al saludar, amo esa fidelidad al amor, amo esos "hoy me acordé de ti", me gustan las caricias en la espalda, me gusta que, cuando vamos por la calle, te vayan cambiando al lado en el que estés más segura, me gustan cuando son atentos con mi familia, me gustan esos intentos por verme feliz, amo los buenos modales, amo cuando cuidan de mi y no se aprovechan de mis ofrecimientos, amo tomar la mano al dormir, adoro ver cuando me tienen mucha paciencia, amo cuando no se olvidan de los cumple mes o aniversarios, me gusta cuando se toman el tiempo de escribirme, amo cuando no me dan razones para sentir celos, sino todo lo contrario, son transparentes y evitan hacerme sentir eso sin necesidad de esconder nada, adoro cuando calculan esos "días mensuales" para saber cuando tratarme con cuidado, sin necesidad de yo decir cuando es, me gustan cuando se crean sueños juntos, me gusta cuando me toman en cuenta para planes y no dan por sentado que no iré, me gustan los besos en la mejilla, me gusta cuando se toman el tiempo de oír mi canción favorita, saber de mi libro favorito o simplemente tomarse un tiempo de leer mis escritos.
Me gusta el afecto que es más una pequeña muestra tierna de amor.
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des...
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