Quisiera poder mostrarle todo lo que le daba miedo entregar antes por miedo a que le pasara lo mismo, mostrarle por ejemplo lo hermoso que es amar sin pensar en uno mismo, enseñarle que se puede amar bonito y qué maravilla se siente besar cerrando los ojos. Tengo ganas de que vea porque no le funcionó con nadie antes, dibujarle mis galaxias en sus ojos, que escuche “amor” y crea. Dejar atrás las palabras al aire y omisiones, para que mire lo abierta que vuelve mi alma, cuando sonríe y el sol muestra sus hoyuelos, mientras el aire toca su barba, cogerle de la mano y vencer al miedo, correr el mundo inundándolo de amor y que en mi mirada encuentre el calor que a su alma le hacía falta, ser etéreos. Besarle bajo la lluvia, sol, hojas y brotes; que toque la piel de quién será su primera vez de muchas cosas que se vienen, rozar el pecho incandescente de una ilusión y pueda entregarse completamente aunque le hayan lastimado y en placer sanen sus cicatrices y sepa que el dolor que alguna vez sintió se evapora en sudor y poder de un buen, buen amor muy bueno. Que sepa cómo se entrelazan los pies bajo las sabanas un domingo dulce, sin terceros involucrados ni en pensamientos, el trasfondo de ver películas juntos, cocinarnos algo para comernos luego y caminar por algún parque riendo mientras nos trepamos a los columpios hablamos del tiempo y viendo algunos perros, entonces se pregunte si ¿el amor es así? más allá de solo besos y sexo, porque es compartir y vivir. Es sentir, es tolerar, es cuidar, es aceptar, es incluir, es priorizar ¡es tantas cosas! Quiero curarle, dejarle ser como es y que sane. Quiero amarle, dejarle amar y que sueñe y quiero enseñarle, dejarle soltar y que vuele. Para así en nuestro beso entienda porque esperé y usted llegó.

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