¿Y si te invito a un café así como en las películas?
Tú, yo, por mucho tiempo. Hay dos sillones rojos, uno para ti y otro para mi.
Dos tacitas de café infinitas, como el universo que podemos crear, una para ti y otra para mi.
Otra, para la familia.
¿Y si te digo que la primera vez qué te vi te llevaste algo mío?
No se que fue. Tomaste algo de mi. Un pedacito de mi alma, algo fue.
Desde ese día no puedo dormir tranquila.
Y es bonito pensar que tu risa iluminó mi tarde.
Esa tarde y las que siguieron.
¿Y si te digo que me encantaría tenerte a mi lado?
Así, juntitos los dos.
Solamente así.
Pero, ¿Qué tal si tú no me quieres? ¿Qué tal si no te gusta mi café?
Él.
Es un maníaco de los detalles y un psicópata enamorado de las cartas escritas a mano. Solía ser un hombre muy distinto a lo que es ahora, tiene una cultura rallante en la locura . Este individuo de ojos oscuros admite haberse enamorado de unadama que toca el piano cada noche y que, al igual que las mujeres que el solía enamorar, tiene mil virtudes y secretos bajo su vestido de gala. Él tiene millones de pecados, todos ellos, conocidos por nadie . Pero el sentimiento hacia ella tiñe la ciudad de una magia que ni siquiera la más roja de las pecadoras va a poder reemplazar jamás . Se apoyó suavemente sobre el cuerpo de su querida y, escondiendo el rostro en su pelo, recorrió su cuello y sus hombros ; ella se atrevió a sonreírle. Era tan tímida, tan dulce . Él sintió que su corazón ardía con fervor . Movido por un arrebato, la besó . -Tengo que ir - le susurró al oído. Él refunfuñó. Finalmente, consintió en dejarla ir. Se cubrió con las sábanas: sin ella, el frío era des...
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