No fue mi primer amor y me alegro de ello, eso me quitó de cometer las atrocidades que cometí en su tiempo, de hacerme daño que me hice amando como jamás nadie debería amar. No fue el primero, cierto, pero es el amor de mi vida, el que no quiero perder y por el que daría cualquier cosa porque lo siento como un amor de verdad, sincero y libre, lleno de confianza, lleno de bondad, forjado con todas aquellas cosas buenas que juntos nos hacen invencibles; y díganme, ¿quién en su sano juicio desearía perder eso?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Él.