Se trata de saber tragarse el orgullo. De saber qué está de más y qué está de menos. De sentir cuando esa persona más te necesita y acudir corriendo a socorrerla. De ser ese hombro que siempre la sostenga, pase lo que pase, sin necesidad de palabras. Pero cuando no se puede estar las 24 horas del día a su lado se hace lo imposible para saber que está bien e intentar transmitirle un abrazo.
Se trata de apoyarse en las buenas y en las malas. De saber afrontar juntos los problemas. Se trata de que si algo falla se habla y se soluciona. Se trata de risas y miradas de complicidad. Se trata de lágrimas derramadas y secadas juntas. Se trata de una sensación de eternidad en el corazón. Se trata de mirarla y saber que la quieres por encima de cualquier pero, solo porque es ella. Porque es tu amiga. Se trata de amistad eterna. Se trata de escuchar su risa y reír tú también. Se trata de que la escuchas hablar y se te ilumina el alma. Se trata de que te transmite más de lo que pueden los demás. Se trata de crear recuerdos que no se puedan borrar. Se trata de saber perdonar cualquier desliz y poder seguir adelante como siempre o incluso mejor.
Se trata de apoyarse en las buenas y en las malas. De saber afrontar juntos los problemas. Se trata de que si algo falla se habla y se soluciona. Se trata de risas y miradas de complicidad. Se trata de lágrimas derramadas y secadas juntas. Se trata de una sensación de eternidad en el corazón. Se trata de mirarla y saber que la quieres por encima de cualquier pero, solo porque es ella. Porque es tu amiga. Se trata de amistad eterna. Se trata de escuchar su risa y reír tú también. Se trata de que la escuchas hablar y se te ilumina el alma. Se trata de que te transmite más de lo que pueden los demás. Se trata de crear recuerdos que no se puedan borrar. Se trata de saber perdonar cualquier desliz y poder seguir adelante como siempre o incluso mejor.
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