Un día conocí un hombre totalmente imperfecto. Si lo vieran, tiene que tener el control siempre y a veces se enoja con facilidad. Pero, si lo conocieran… notarían que al sonreír algo pasa. A veces pienso que el día espera ver su sonrisa para entonces dibujar un atardecer. También creo que sus manos tienen algo de vida. Una vez me tocó y volví a vivir… y cuando estoy perdida me hace regresar. Es aquel hombre del que uno no puede resistir a quererlo, de esos que uno tiene que mirarlo con ojos cerrados y casi casi el corazón le obliga hacerle su hogar. Por su magia, por lo bonita de su existencia. Cuando te asomas a su alma, algo te transforma.

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Él.